La vacunación contra la Covid-19 ha creado, entre otros muchos problemas, desacuerdos entre los padres. Mientras una de las partes pretende garantizar un día a día más seguro para los menores en la escuela, en muchas ocasiones se encuentra con una oposición frontal a la inmunización por parte de su cónyuge o expareja. La pregunta que surge ante dichas situaciones es tan evidente como compleja: ¿ qué hacer ante esta situación ? Los juristas apelan al consenso entre las partes y a la priorización del bienestar infantil.
El comité de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el análisis de vacunas anticovid afirmó hoy que la vacunación de niños y adolescentes contra la COVID-19 puede ayudar en la lucha contra la pandemia.
Sin embargo, analicemos, desde una perspectiva conductual qué hay detrás de este problema para dar con la solución.
Uno de los padres, acérrimo defensor de la vacunación de sus hijos, toma su decisión en atención de los siguientes temores.
- Porque lo recomiendan las autoridades
- He leído que ayuda a proteger su salud
- Facilita la vida académica, según nos recomiendan en su escuela.
- Permite que puedan viajar sin tantas limitaciones, según las normativas vigentes.
¡Cuidado con la Profecía auto cumplida! : el futuro incide en nuestro presente ( decisión apresurada por miedo )
Sin embargo, el otro progenitor, toma su decisión por miedo a la incertidumbre de no estar garantizada la seguridad de la vacuna.
Aduce que el porcentaje de la población mundial que ha estado en contacto con el virus SARS-CoV-2, medido a través de la seroprevalencia, ronda el 5,2% de la población, mientras que en la franja de edad que va de recién nacidos hasta los 19 años corresponde a un 1,56%.
En cuanto a la tasa de mortalidad de la COVID-19 a nivel mundial, hasta la fecha es de 2 168 fallecidos por cada 100 000 infectados (2,1%), mientras entre el nacimiento y 19 años de edad no llega ni al 0,08%
¡Cuidado con la Profecía auto cumplida! : el futuro incide en nuestro presente ( decisión apresurada por miedo )
Por lo tanto, ambos progenitores y con las mejores intenciones, es posible que tomen sus decisiones por miedo, debido principalmente a la celeridad de las recomendaciones y no desde la tranquilidad de lo que le dicte la razón y emoción en equilibrio.
Según Kahneman: las personas nos decantamos en nuestras decisiones por aquella apuesta que supusiera evitar pérdidas a corto plazo, en lugar de esperar los mayores beneficios a largo plazo. Porque las personas están dispuestas a correr mayores riesgos para evitar pérdidas que para obtener beneficios.
No hay viento favorable para el barco que no sabe adónde va.- Séneca
Conclusión
No existen las certezas absolutas. Así es. No existen certezas absolutas, solo hay probabilidades. Sabemos que tomar decisiones no es tarea fácil, incluso se puede convertir en una carga muy difícil de soportar. Solo a través de estrategias específicas y que sean capaces de transformar el miedo al error en coraje y tranquilidad afrontaremos los obstáculos del camino de la vida. Pensamos que la mejor decisión se encuentra entre el equilibrio de la razón y la emoción. Por tanto, quizás sea bueno tomar la decisión, no desde la emoción del miedo, sino desde otra perspectiva.
El mayor riesgo es no correr ningún riesgo. En un mundo que cambia muy rápidamente, la única estrategia que garantiza fallar es no correr riesgos.” .- Mark Zuckerberg
Fuente: El miedo a decidir: Cómo tener el valor de elegir (Divulgación) Giorgio Nardone
