La Navidad nos gusta. Nos transporta a nuestra niñez, tenemos ilusión por ver las luces, por poner el árbol o hacer el Belén y, en general, nos apetece reunirnos con la familia y amigos. Lloramos con los nuevos anuncios navideños y nos emocionamos con las películas que durante estas fechas ponen en televisión. Sí, la Navidad es una época entrañable y llena de amor y alegría… pero no para todos.

 

La Navidad se acerca y con ella, la tristeza, el mal humor, la rabia y la impotencia. Hay muchas personas que se encuentran muy tristes. Una silla vacía, un mal gesto en la mesa el día de Nochebuena o Navidad es suficiente para hacernos llorar. ¿ Cómo voy a gestionar todas esas emociones ?, nos preguntan. ¿ Cómo sobrevivir a ello ?

 

Para algunas personas, la Navidad es sinónimo de infelicidad y sufrimiento. Resulta curioso que cuanto más nos obligamos a ser felices, más infelices nos sentimos.

 

Más allá del estrés navideño por las compras, las reuniones familiares, etc…hay personas que evitan el sufrimiento de la Navidad. Tienen que enfrentarse a esos familiares con los que el resto del año no tiene relación, o la mínima protocolaria. Es un duro momento en el que los recuerdos de aquellos familiares que no están entre ellos aparecen en las comidas navideñas y con ellos, los reproches y las discusiones. Todo ello les lleve al bloqueo, a la paralización más dolorosa.

 

Como dice Giorgio Nardone: “tratar de controlar nuestras propias reacciones sin conseguirlo es el guión que conduce a la esclavitud del miedo.” Pensar que hay que vivir la Navidad desde una posición de alegría es un pensamiento rígido porque cada persona tiene su momento vital y debe ser respetado.

 

Nos enseñan, desde pequeños, que la Navidad es algo mágico, bonito y muy excitante. Sin embargo, a medida que crecemos nos planteamos que la Navidad es solo un cuento para los niños.

 

Claves para afrontar la Navidad

 

Reducir el nivel de exigencia

Intenta reducir los niveles de exigencia. Quizás no sea obligatorio reunirse con toda la familia…Pon el freno. ¿ Has pensando en planes diferentes a otros años ?

 

Haz la lista de los pequeños retos

¿ Y si ponemos por escrito unos pequeños retos alcanzables e intentamos cumplirlos ? A veces, darnos tiempo para ordenar nuestros objetivos para estas fiestas es reconfortante.

 

Cuídate y date tiempo

¿ Te has planteado dedicarte media hora para ti solo/a para cuidarte ? En estos días el ruido es el protagonista. Si nos proponemos darnos tiempo para nosotros mismos, escucharemos nuestra voz interior y la calma nos invadirá y mejorará nuestro ánimo.

 

¡ Permítete vivir la Navidad como la sientas y desees !