Dicen que al mal tiempo buena cara. ¿ Y si el obligarnos a ser tan positivos no sea lo mejor para nuestra salud y/o bienestar mental ? Existe una gran desinformación sobre cómo responder ante situaciones que nos duelen. ¿ Es mejor afrontar el dolor con una actitud positiva ? ¿ O bien «mirar hacia otro lado», pasar página y olvidarnos ?
La pregunta que nos hacemos es: ¿ nos aporta un beneficio mostrar una respuesta distinta a una realidad que hemos construido con tanto esfuerzo ? Nos resistimos a expresar nuestras emociones por temor a lo que piensen de nosotros. Tememos ser juzgados. O quizás sea porque nos han enseñado que no es adecuado mostrar públicamente emociones para no dar pistas de nuestra sensibilidad, vulnerabilidad o debilidad.
Cada vez que no escuchamos a nuestras emociones éstas se vuelven, como si de un boomerang se tratara, contra nosotros. Y, sin darnos cuenta, damos el primer paso para empezar a vivir tristes, sin esperanza y en incoherencia. Nos vamos alejando de nuestro «yo niño/a» que resolvía las emociones con asertividad. Si no afrontamos nuestras emociones, no sentimos y pasamos a pensar sobre lo que sentimos, que es distinto.
¿ Te han educado para ocultar o no mostrar frente a los demás lo que sientes ? ¿ Crees que es signo de debilidad ?
Estar tristes o alegres no es lo importante, sino cómo gestionamos esos sentimientos. La cuestión es estar triste o alegre cuando realmente te sientes así. ¡ Permítete sentir ! ¡ Darnos el permiso para ser auténticos con nosotros mismos y dejar fluir nuestras emociones !
Si aceptamos cómo nos sentimos nos hacemos responsables solo a nosotros mismos. Ya no culpamos a nadie más por ello.
“Tratar de controlar nuestras propias reacciones sin conseguirlo es el guión que conduce a la esclavitud del miedo.”
A veces, nos empecinamos en «darnos contra la pared» una y otra vez. Creemos que eso es lo que no nos deja conseguir lo que deseamos, sin embargo, no advertimos que si no funciona, mejor ir por otro camino y probar una estrategia nueva. La Terapia Breve Estratégica nos enseña cómo alguna de las maneras de sentir o pensar de algunas personas pueden llegar a ser enfermizas, si se practican al límite o se pueden convertir en una “psicotrampa” que les amargue la vida, si no se le ponen solución.
“Los sentimientos son parte de la vida, y no nacen dentro de ti para que tú los encierres con candado.”