El desarrollo infantil es un camino lleno de obstáculos: a veces, con la misma rapidez con que los niños avanzan también retroceden, debido principalmente, a los conflictos que les rodean. De hecho, es normal que los niños pequeños tengan problemas ocasionales para dormir, se hagan pis en la cama alguna vez, se enfaden con sus hermanos, tengan arrebatos de ira o lloren sin motivo aparente. Por lo general, estas reacciones suelen ser breves y no suelen interferir en su desarrollo.
Pero, ¿ qué ocurre cuando detectamos que ese tipo de conductas u otras se alargan en el tiempo ?
La psicología infantil es más compleja de lo que parece. A partir de los dos años de edad, empiezan a surgir problemas de conducta y comportamiento en los niños. Las mamás y los papás se preguntan, entonces, cómo deben actuar con respecto a las reacciones desproporcionadas de sus hijos. Hay padres que se preguntan confundidos y la mayoría desgastados emocionalmente cómo es posible que sus hijos sientan baja autoestima, celos descontrolados hacia sus hermanos, trastornos obsesivos-compulsivos, etc…
También se preguntan la gran mayoría de padres cómo regañar a su hijo, qué hacer frente una rabieta descontrolada, cómo poner freno o límites a la mala conducta, cómo, en definitiva, les pueden hacer caso. A veces, la agresividad es tan grande que los padres, vienen a nuestro Centro de Psicología, con una gran mochila repleta de culpa.
Existen estrategias que te ayudarán a solventar los problemas de conducta infantil. Aquí encontrarás las respuestas a todas tus preocupaciones.
¿Cuándo buscar ayuda para tu hijo/a?
Existen determinadas circunstancias que se escapan del control de los padres. Se trata de conductas que se convierten en una señal de alarma e indican que es necesario consultar a un especialista.
- Aparecen conductas difíciles, agresivas u hostiles que son inexplicables
- Manifiesta intranquilidad y problemas para concentrarse en una sola tarea
- Muestra un cambio inexplicable en su conducta
- Surgen problemas físicos sin una causa médica.
El modelo de Terapia Breve Estratégica ® ha representado una especie de revolución en la psicoterapia. La orientación de intervenciones terapéuticas hacia la solución rápida y eficaz de situaciones problemáticas, mostrando cómo, a pesar de que el sufrimiento humano puede ser extremadamente persistente, complicado y doloroso, no necesariamente requiere de soluciones largas y complicadas.
La Psicoterapia Breve Estratégica o Terapia Breve Estratégica es un modelo de intervención terapéutica centrada principalmente en soluciones, que deja de lado o no ahonda en el origen del malestar psicológico ni en su causa.
La Terapia Breve Estratégica es una manera creativa y original de enfocar la solución de problemas de conducta en tus hijo/a de 4 a 12 años en una consulta psicológica. Son terapias indirectas que ayudan a los niños, según la problemática o cada caso en concreto. En la práctica, suspendemos aquél tipo de conductas de los padres que no ayudan (por mucho que así lo intenten, lo deseen y crean que ayudan) a interrumpir el comportamiento del niño/a (Soluciones intentadas) o «Efecto Etiqueta» (El experimento de Rosenthal). Por ello, intervenimos a través de los padres. Observamos el tipo de familia: democrático permisivo, autoritario, etc…y según estos datos ofrecemos las pautas para que intervengan en sus hijos.
Los niños necesitan modelos más que críticos. Joseph Joubert.
Los intentos arbitrarios de solución puestos en práctica por los padres, son por lo general los que mantienen el problema o generan nuevos problemas. Se trata de una intervención terapéutica breve que se ocupa, por una parte, en eliminar los síntomas o el comportamiento disfuncional por el cual la persona ha recurrido a terapia, y por otra parte, en producir un cambio de las modalidades, según las cuales la persona construye su propia realidad personal e interpersonal.
Por consecuencia, la Terapia Breve Estratégica representa una intervención radical y duradera y no una terapia superficial y meramente sintomática.
Fuentes: «La realidad inventada». Profecías que se autocumplen. Watzlawick