Pensar demasiado sobre los problemas puede convertirse en un problema en sí mismo

 

Es normal sentirse triste, confuso, estresado, enfadado ante una situación de emergencia. Por tanto, es muy lógico, e incluso saludable, que muchas personas sientan en algún momento miedo, debido a la crisis del coronavirus, que nos enfrenta a una situación desconocida y amenazadora. Otra cosa es que ese miedo permanezca en nuestro pensamiento demasiado tiempo y que nuestro estado de ánimo cambie y nos angustie de tal forma que acabe por convertirse en un problema que interfiera en nuestra capacidad de gestionar la situación con eficacia.

 

¿Tiene problemas para concentrarte o para pensar en otra cosa que no sea la preocupación actual? ¿Tienes dificultades para controlar las preocupaciones?

¿ De forma continua intentas conseguir respuestas correctas a través de preguntas interminables ? Este laberinto se transforma en una trampa mental.

 

Kant decía que antes de pensar en la respuesta, hay que analizar si la pregunta que nos hacemos es correcta.

 

¿ Son correctas las preguntas que nos formulamos continuamente ? Las consecuencias de dar continuamente vueltas a la cabeza no son nada positivas: te sientes cada vez más cansado, no puedes concentrarte y/o dormir, un sentimiento de frustración te invade, la temida ansiedad aparece y por último, enfermas.

 

Es esa terrible sensación de nunca finalizar las tareas lo que les provoca un bloqueo mental. La razón es simple; si aplazamos para más tarde las tareas a realizar no nos lleva a actuar, nos paraliza. Cuanto más busques las respuestas, más surgirán las preguntas. Si buscas una respuesta racional a una pregunta que no tiene solución, entrarás en una trampa de la que no podrás escapar.

 

¿ Desea la persona continuar en su laberinto mental ? Probablemente no, pero no sabe cómo salir.  ¿Dónde esta la línea que separa la preocupación de la obsesión?.

 

“Tratar de controlar nuestras propias reacciones sin conseguirlo es el guion que conduce a la esclavitud del miedo.”  Giorgio Nardone

 

Giorgio Nardone nos ilustra con un ejemplo muy claro: en la mayoría de las relaciones afectivas, la ambivalencia es mucho más frecuente que la racionalidad. Y es por esa razón. Cuando quiero resolver un problema basado en la ambivalencia a través de un razonamiento racional, creo una duda patológica. La realidad es que no existe la verdad o mentira, pueden cohexistir ambas. 

 

Por tanto, la solución se encuentra en conseguir esa capacidad de mirar las cosas desde diferentes perspectivas.

 

Acepta tus sentimientos

El miedo es una respuesta adaptativa que nos ayuda a mantenernos alerta y a tomar las medidas necesarias para minimizar riesgos, ya sea por la vía de evitar el peligro o de buscar la manera de afrontarlo. Por eso instan a no rechazarlo ni ocultarlo. “Reconoce tus sentimientos y acéptalos; y si hace falta, compártelos con las personas más próximas”.

 

Utiliza el humor

El humor es una emoción que te ayudará a mantener el miedo  a raya.  Reír ante lo que más miedo nos da es eficaz. Escribía Freud en «El chiste y su relación con el inconsciente» que «el humor es la manifestación más elevada de los mecanismos de adaptación del individuo». Y es por esto que recurrimos a él ante los eventos más trágicos, casi buscando la supervivencia.

 

¿ Cómo actúa la Terapia Breve Estratégica ?

 

Cuantas más preguntas intenta bloquear la persona, más preguntas creará. Si rechaza la pregunta, surgen más. Si, por el contrario, acepta la pregunta e intenta bloquear la respuesta, atenuará e incluso acabará con la pregunta. Ayuda a entender a la persona que la respuesta depende de ella, a diferencia de la pregunta que simplemente surge, sin más. Por tanto, lo primero que hacemos los Psicoterapeutas especializados en Terapia Breve Estratégica es explicar a la persona la trampa en la que ha caído. Una vez hecho esto, explicamos las dos opciones que existen:

 

1.- Bloquear la respuesta para inhibir la pregunta. Si la persona no es capaz de llevarlo a cabo, pasamos a la segunda opción.

2.- Se trata de escribir el diálogo interior que acosa a la persona: duda, respuesta, duda, respuesta… A medida que van escribiendo, son más capaces de bloquear las respuestas para inhibir las preguntas.

 

Es una estrategia que funciona. Porque como decía Giorgio Nardone: «tenemos que habituarnos a vivir con la probabilidad y no con la certeza.

 

Fuente: Pienso, luego sufro: Cuando pensar demasiado hace daño. El arte del cambio. Barcelona: Herder. Nardone, G. (2003). Más allá del miedo. Madrid: Paidós. Nardone, G. (2004). El arte de la estratagema. Barcelona: RBA Integral. Nardone, G. y Portelli, C. (2006). Conocer a través del cambio. Barcelona: Herder. Nardone, G. y Salvini, A. (2006). El diálogo estratégico. Barcelona: Ediciones RBA. Miedo, pánico, fobias: la terapia breve, Editorial Herder 2009, Nardone. No hay noche que no vea el día: la terapia breve para los ataques de pánico, Herder 2012, Nardone.