¿ Has escuchado alguna vez a alguien decir: » estoy obsesionado con esto o no me puedo quitar de la cabeza esto otro» ? De hecho, cuando algo nos preocupa de verdad, esos pensamientos nos invade nuestro día día e incluso no podemos quitárnoslos de encima ni cuando intentamos distraernos para no pensar en ello.
Estos pensamientos que nos acechan originan una sensación de miedo a amenaza. Suelen aparecer como si fueran dudas o dificultades para tomar decisiones o bien relacionadas con el miedo a perder el control.
Las obsesiones sin compulsión son pensamientos que se repiten una y otra vez hasta la denominada rumiación. Es como encontrarse en un bucle de preguntas y respuestas sin fin. Se intenta salir y el efecto es justamente lo contrario, la persona empeora aún más.
En definitiva, se trata de una lucha constante interna que tiene la persona. Por un lado, está el control extremo de sus pensamientos y por otro, el rechazo o evitación de éstos.
“Si un problema tiene solución, no hace falta preocuparse. Si no tiene solución, preocuparse no sirve de nada.” .- Proverbio Chino
«La persona que sufre pensamientos obsesivos trata de tenerlo todo constantemente bajo control, incluso lo que está fuera del alcance de cualquiera: lo planifica todo como medio de anticiparse a acontecimientos futuros, de manera que pueda controlarlos y gestionarlos; se comporta del mismo modo en todos los ámbitos de la vida profesional y personal. Por desgracia, el exceso de control conduce a su pérdida; precisamente cuando la persona tropieza con algo sobre lo que no puede ejercer su voluntad».
El intentar tener sus pensamientos bajo control le llevará a la psicotrampa del pensamiento, como por ejemplo, la del razonamiento perfectamente lógico: en ese caso, la persona trata por todos los medios de someter cualquier acontecimiento, situación o condición al control de un razonamiento lógico, racional e impecable. Sin embargo, como sugería el filósofo John Locke, si partió de premisas erróneas a través de una lógica convincente, obtendrá resultados incorrectos.
El exceso de control siempre lleva al descontrol.
Distintas formas patológicas de intentar resolver el pensamiento obsesivo
- Debo estar absolutamente seguro/a antes de actuar.
- Pensar más allá de lo pensable.
- En cualquier caso soy culpable.
- De todos modos me equivoco.
- De todas formas no estoy a la altura.
- De todos modos debes delegar en quien es mejor que tú.
¿ Cómo lo aborda la Terapia Breve Estratégica ?
Con prescripción para intentar saturar el pensamiento obsesivo. Intentaremos disociar el pensamiento con una pauta similar a :
Piensa eso que te preocupa durante 3 días al día por escrito. Tú le dices cuándo venir y cuándo lo escucharás y bajarán tus niveles de pensamiento rumiante persistente.
Son Pautas para flexibilizar su control que conseguirá que su mente más rígida sea más permisiva.
Fuentes: Pienso, luego sufro. Cuando pensar demasiado hace daño. Giorgio Nardone, Giulio De Santis. Paidos contextos)
Psicotrampas: Identifica las trampas psicológicas que te amargan la vida y encuentra las psicosoluciones para vivir mejor de Giorgio Nardone.