¿Eres de esas personas que tratan de tener todo bajo control? ¿Planificas cada detalle de tu vida para anticiparte a lo que pueda suceder en el futuro? ¿Te cuesta dejar que algo o alguien escape de tus manos? Si tu respuesta es sí, es posible que padezcas un trastorno obsesivo.

Este trastorno se presenta en diferentes variantes, desde aquellos que tratan de controlar todo lo que está fuera de su alcance hasta aquellos que se obsesionan con pensamientos e imágenes que no pueden ahuyentar. A pesar de las diferencias, el mecanismo que desencadena y estructura este trastorno es el mismo: el control excesivo conduce a la pérdida de control.

Puedes reconocer a alguien con trastorno obsesivo porque siempre está tenso, alerta y vigilante. A menudo, su imagen es la de alguien frío e impasible, lo que dificulta la construcción de relaciones cercanas y duraderas.

Afortunadamente, el trastorno obsesivo es tratable y se puede superar en la mayoría de los casos en un plazo de seis a ocho meses. El objetivo de la terapia es desactivar el mecanismo del control que hace perder el control y reestructurar el modelo de razonamiento del individuo.

Para superar este trastorno, es fundamental aprender a ejercitar la ausencia de control en diferentes áreas de la vida. Aunque al principio pueda resultar difícil, es importante arriesgarse y dejar que algo o alguien escape de nuestro control para comprobar que las cosas no solo no van mal, sino que pueden ir incluso mejor.

Recuerda que, como nos enseña la física, para que el orden se mantenga y evolucione se requiere un porcentaje constante de desorden. Por lo tanto, aprende a flexibilizar tu mente y liberarla de las cadenas del pensamiento obsesivo para disfrutar de una vida plena y satisfactoria.

 

A continuación, se presentan algunos ejemplos de cómo se puede manifestar la obsesión en una mujer en entornos de familia:

  1. Una madre obsesiva puede preocuparse constantemente por la seguridad y el bienestar de sus hijos, incluso en situaciones en las que no hay una amenaza real. Por ejemplo, puede llamar repetidamente a sus hijos para asegurarse de que llegaron a casa de manera segura, o puede ser extremadamente sobreprotectora y restringir las actividades de sus hijos por temor a que algo les suceda.
  2. Una esposa obsesiva puede controlar y monitorear constantemente las actividades y el comportamiento de su esposo. Puede revisar su teléfono celular, correo electrónico y redes sociales para asegurarse de que no está interactuando con otras mujeres, o puede ser excesivamente crítica y exigente con su esposo para asegurarse de que está cumpliendo con sus expectativas.
  3. Una hija obsesiva puede preocuparse en exceso por la salud y el bienestar de sus padres, incluso en situaciones en las que no hay una amenaza real. Por ejemplo, puede insistir en que sus padres se sometan a chequeos médicos y pruebas de diagnóstico de manera regular, o puede estar constantemente en contacto con ellos para asegurarse de que estén bien.
  4. Una hermana obsesiva puede ser extremadamente controladora y crítica con sus hermanos, e insistir en que sigan su manera de hacer las cosas. Puede tener expectativas poco realistas y ser muy exigente con ellos, lo que puede llevar a conflictos y tensiones en la relación.

En todos estos casos, la obsesión puede afectar negativamente la calidad de las relaciones familiares, causar estrés y ansiedad para la persona obsesiva y sus seres queridos, y requerir tratamiento terapéutico para superarla.

 

La Terapia Breve Estratégica (TBE) es un enfoque terapéutico que se centra en resolver los problemas actuales de los pacientes de manera rápida y eficaz. En el caso de una mujer obsesiva, la TBE podría ser una herramienta útil para ayudarla a superar su trastorno.

La TBE se enfoca en el aquí y ahora, y no en el pasado del paciente. Por lo tanto, el terapeuta trabajaría con la mujer para identificar su obsesión y el mecanismo de control que la está haciendo perder el control. Una vez que se haya identificado esto, se podría comenzar a trabajar en estrategias para desactivar el mecanismo del control.

Una de las estrategias más efectivas en la TBE es la paradoja. La paradoja consiste en sugerir al paciente que haga lo contrario de lo que ha estado haciendo para resolver su problema. En el caso de la mujer obsesiva, esto podría significar sugerirle que deje de intentar controlar todo en su vida, y que permita que algunas cosas se desarrollen de manera natural.

El terapeuta también podría trabajar con la mujer para ayudarla a cambiar su modelo de pensamiento. La mujer obsesiva puede estar atrapada en una psicotrampa del pensamiento, como la del razonamiento perfectamente lógico o la explicación rigurosa y objetiva de todo. El terapeuta podría ayudarla a comprender que algunas cosas simplemente no se pueden controlar, y que no siempre hay una explicación lógica para todo.

Finalmente, la TBE se enfoca en soluciones a corto plazo. Esto significa que la terapia no debería durar años, sino que debería centrarse en resolver el problema de la mujer lo más rápido posible. Con la TBE, la mujer obsesiva podría comenzar a sentir mejoría en un corto período de tiempo, lo que le permitiría continuar con su vida de manera más positiva y saludable.