Todos, en algún momento de la vida, hemos resultado tóxicos. La parte positiva es que podemos cambiar nuestro comportamiento tóxico. Pero, ¿ qué ocurre si el comportamiento tóxico lo infringe otra persona ? No podemos controlar su envidia, ira, negatividad, etc…, pero sí podemos conseguir recursos que nos ayuden a gestionar esos comportamientos tóxicos para que no nos afecten.

 

Es cierto que ocurre, como dice Ortega y Gasset que “…hay otras personas cuya proximidad, por breve que sea, nos deja maltrechos y extenuados, llenos de desconfianza y como si la existencia hubiese cobrado un agrio sabor. Al separarnos de ellas somos menos que antes y, por así decirlo, hemos perdido calorías”. Hay personas con las que más que encuentros son encontronazos. Dan ganas de salir corriendo, para no quedar maltrechos y humillados. Todo está mal, nunca comparten tus éxitos, transmiten celos o envidia, tratan de culpar a los demás, son inseguros y para postre narcisistas.

 

Todos necesitamos sentirnos amados; necesitamos de una palabra, de cariños y de abrazos. Pero, ¿ qué ocurre cuando esa necesidad primordial se extiende a la de ser amado por todos y sentimos temor excesivo a que alguien no lo haga ? Nos encontramos ante una faceta más disfuncional de un problema: una auténtica prostitución relacional” (Nardone, Giannotti y Rocchi, 2003) que esclaviza al que la padece a constantes comportamientos que conlleven la aprobación externa.

 

¿ Sabías que tienes Derechos ?

 

  • Derecho a ser tratado con respeto.
  • Derecho a expresar tus sentimientos, opiniones e ideas.
  • Derecho a establecer tus propias prioridades.
  • Derecho a decir NO sin sentirte culpable.
  • Derecho a defenderte de las agresiones externas, sean físicas o emocionales.

 

La persona que sufre el temor a gustar a todas las personas es esclava de su propio temor. El miedo a ser rechazado obliga a la persona a no decidir por ellos mismos. Si el miedo se desboca, te limita, te bloquea y se convierte en enemigo, según afirma Giorgio Nardone, psicólogo y psicoterapeuta especialista en miedos graves (Terapia Breve Estratégica). El miedo es como un fantasma: tócalo y se desvanecerá; intenta huir… y te perseguirá y aterrorizará.

 

La terapia breve estratégica puede ayudar a salir poco a poco de esta esclavitud con técnicas para afrontar el miedo a la desaprobación. Al mismo tiempo la persona conseguirá más estima personal y una mayor libertad de decisión y acción.