En algunas ocasiones somos  muy exigentes con nosotros mismos. A veces, son exigencias que nos han ido marcando desde que éramos pequeños/as, o bien lo que se nos pide que hagamos como adultos en nuestro día a día. Pero otras veces, somos nosotros mismos los que tenemos una vocecilla interior que se cree todo aquello que alguien a quien diste poder o autoridad dijo de ti y ahora te lo repites una y otra vez cuando algo sale mal. Te esfuerzas y cuanto más te esfuerzas más te alejas de respetarte y quererte. Porque cuando uno se esfuerza desde el sufrimiento, no consigue avanzar; se bloquea.

Es entonces cuando necesitamos más que nunca parar ese diálogo interior y hablarnos con cariño, perdonarnos y seguir adelante. 

 

Yo no soy lo que me sucedió. Yo soy lo que elegí ser. Carl Gustav Jung

 

Practicar ese amor que tantas veces lo hacemos con los demás, es un acto de valentía practicarlo contigo mismo. No es egoísmo, es entablar una relación saludable contigo mismo/a.

 

Hoy te ofreceremos cuatro razones que te ayudarán a quererte más. Y las llamamos razones, en lugar de consejos, porque tienes la razón de tu amor propio. Veamos algunas de las miles de razones que tienes para recuperar tu amor en el momento que decides hacerlo.

 

Los problemas que has superado 

 

Las experiencias que has vivido hasta ahora y has superado son una razón de peso para sentirte orgulloso/a contigo mismo/a. Esos problemas que tuviste en el pasado ya no existen hoy y por tanto, te ocupaste de darles solución en el momento. Te puedes sentirte increíblemente bien por lograrlo. ¡Celébralo!

 

 

 

 

 

Eres responsable de tu bienestar

Tendemos a ver más nuestros defectos que nuestras virtudes. Nos han dicho tantas veces esto y aquello que podemos confundirnos y crear en nuestra mente un caos de emociones. Pero podemos no estar de acuerdo con lo que nos dicen que hacemos bien o mal. Podemos decidir ser responsables de nuestro bienestar y aceptar que las personas que nos quieren también pueden equivocarse.

 

 

 

 

Darte las gracias y pedirte perdón contigo 

 

Desde pequeños nos enseñan que hay que ser buenas personas con los demás. También a dar las gracias y pedir disculpas. ¿ Lo aplicamos con nosotros mismos ? Probemos a agradecer todo aquello que hemos superado y afrontado y de lo que nos hemos ocupado sin hacer daño a nadie. Te puedes felicitar por cada una de las decisiones que has tomado que te han llevado a sentirte mejor. Piensa en cómo te hablas y te relacionas contigo mismo. Si no lo haces como te gustaría perdónate por ello y ¡adelante!

 

 

 

Agradarte a ti

 

No se puede agradar a todos: No podemos gustar  a todo el mundo.Tus ideas, tus sueños, tu conocimiento o tus valores pueden no gustar a mucha gente. Sin embargo, sí puedes agradarte a ti mismo/a y quererte con todas tus fuerzas.

 

 

 

Fuente: tu mismo/a Eres el protagonista de cada página de un libro apasionante.