¿Qué es el Trastorno Límite de la Personalidad?

 

El trastorno límite de la personalidad, borderline (abreviado como TLP), también llamado limítrofe o fronterizo, es «un trastorno de la personalidad que se caracteriza primariamente por inestabilidad emocional, pensamiento extremadamente polarizado y dicotómico, impulsividad y relaciones interpersonales caóticas». El perfil global del trastorno también incluye típicamente una inestabilidad acusada y generalizada del estado de ánimo, de la autoimagen y de la conducta, así como del sentido de identidad, que puede llevar a periodos de disociación (Wikipedia).

 

Una persona con el trastorno límite de la personalidad siente una elevada sensibilidad ante estímulos emocionales. Vive todas las emociones de forma muy intensa. Son tan intensas que intenta huir  de sus propias emociones y se refugia en conductas que alivian ese malestar momentáneamente: promiscuidad, juego, compras inútiles, alcohol, drogas e incluso autolesiones.  A pesar de que experimentan emociones muy intensan, no las suelen identificar ni expresar. Por ello, a veces, se comportan como una «olla a presión» y las consecuencias son reacciones de ira o enfado ante estímulos aparentemente sin sentido.

 

El trastorno de personalidad provoca una gran inestabilidad afectiva y de conducta con consecuencias muy perturbadoras para la calidad de vida de las personas y que afecta a muchas áreas: ( laboral, afectiva, relacional). Puede haber otras complicaciones asociadas, como trastornos del estado de ánimo, de la alimentación, drogodependencias, etc., que agravan el problema.

 

Sin embargo, existe solución, a pesar de que existen muchos mitos al respecto. Algunas personas con TLP mejoran con el tratamiento adecuado. La Terapia Breve Estratégica se concentra en estudiar cómo las personas alimentan su propio problema a través de todo lo que ponen en práctica para resolverlo. La intervención estratégica desbloquea la sintomatología que permite a la persona ser capaz y después construir su propio equilibrio psicológico. Vivir con TLP es posible. Es importante tener en cuenta que el TLP no es una forma de ser, sino de estar. Esto implica que este trastorno se puede tratar.